10 ARTISTAS CONTEMPORÁNEOS A LOS QUE DEBERIAS SEGUIR MUY DE CERCA

Después de un largo periodo de incertidumbre, introspección y reflexión con la pandemia y el confinamiento, por fin el 2022 nos ha devuelto la actividad y el bullicio de las exposiciones de arte contemporáneo.

 

Durante este tiempo los artistas contemporáneos no han parado de producir obras, redefinir discursos y de adaptarse a la situación, haciendo de las limitaciones una virtud, para crear nuevas propuestas artísticas acorde a la situación que nos ha tocado vivir.

Podemos decir que el artista contemporáneo ha sabido aprovechar la crisis social y el parón del mundo para reformular su trabajo, tomar aire e impulso para salir con fuerza a la calle y mostrar sus trabajos. Este frenazo provocado por el confinamiento, ha dejado al artista de arte contemporáneo encerrado entre las cuatro paredes de su casa. Los más afortunados han tenido acceso a sus estudios, pero en la mayoría de los casos con recursos limitados, equiparando las posibilidades creadoras de los artistas contemporáneos actuales al mero ingenio.

 

Durante este año 2022 han ido salido a la luz esos trabajos realizados durante este duro periodo. Se han retomado las exposiciones físicas, las galerías y museos han abierto sus puertas de nuevo, las ferias han retomado su actividad y han recuperado el pulso del arte contemporáneo, pulso ralentizado y debilitado durante casi 2 años. Como era de esperar, los grandes artistas consagrados han logrado pasar el bache con mayor solvencia, pero también artistas jóvenes han emergido con fuerza después de este duro periodo, entre ellos también algunos artistas contemporáneos españoles.

 

Después de visitar exposiciones, ferias y estar atentos a todo lo que ha ido ocurriendo y ocurre en el mundo del arte durante este nuevo tiempo, hemos decidido crear esta pequeña lista de artistas contemporáneos que te recomendamos para que te reencuentres con el arte y te enganches de nuevo a él. Artistas contemporáneos actuales muy prometedores y totalmente recomendables para aquellos que os planteáis comenzar a coleccionar arte o, por qué no, aquellos que buscáis invertir en arte con éxito.

10 artistas del arte contemporáneo con una gran proyección

1. Jade Fadojutini (Londres, UK, 1993)

Esta joven artista británica es una compositora de colores, espacios y ambientes. El movimiento es la base de su práctica artística, lo que permite que sus cuadros se dirijan a través de la orquestación del espacio de su estudio.

 

Las emociones y los pigmentos fluyen por igual en su obra, y juntos transmiten un sentido más profundo del ser a través de pinceladas vivas e innumerables colores. La sensación de fluctuación de los sentimientos se expresa en sus enérgicas pinceladas, donde los colores revelan una búsqueda de autoconocimiento.

 

Fadojutimi se refiere a sus cuadros, a menudo de escala monumental, como “paisajes emocionales” en los que cuestiona las experiencias cotidianas, los recuerdos y el autoconocimiento. La relación entre ella misma y su entorno es, al mismo tiempo, una fiesta para la vista y un acto de resistencia. Estas vibrantes exploraciones de los sentimientos, las luchas y las perspectivas sobre el lienzo siguen siendo ambiguas, al igual que sus motivos, que se disuelven en un océano de formas.

 

Sin embargo, Fadojutimi suele inspirarse en objetos, lugares y sonidos concretos. Estas fuentes de inspiración no sólo representan formas y colores, sino que también sirven como recipientes para la reflexión. Su fascinación por el anime, las subculturas japonesas, la ropa y las bandas sonoras, son visible en el espacio de su estudio en el sur de Londres, que está lleno de objetos y sonidos que Fadojutimi reordena cada vez que llega el momento de volver a pintar.

Tres estados de plegado 6 IV. 2021.
70x 110cm. (70 x 50 cm Cada una) (Díptico).
Obra original y única.

2. Edgar Solorzano (Ciudad de México, México, 1989)

Con una práctica que parte desde la arquitectura, su trabajo entabla un cuestionamiento de la representación objetual y espacial al encontrar la precisión con la percepción. Explora maneras de evidenciar el valor del recuerdo emocional sobre la memoria física al investigar los lazos afectivos que mantenemos con los objetos y espacios por medio de la memoria contenida en ellos. Busca entender la materia y su representación mediante procesos de intervención a través del tiempo, y revelar las posibilidades como una expansión formal de su misma propiedad.

 

El cuerpo de su obra se construye como un archivo de metodologías de investigación espacial dónde busca precisar relaciones invisibles, inherentes o emocionales.

3. Manoela Medeiros (Rio de Janeiro, Brasil, 1991)

En su práctica artística, Medeiros articula un enfoque de la pintura que trasciende las especificidades del medio, haciendo uso de la escultura, la performance y la instalación. Persiguiendo un marco híbrido para lo pictórico, Medeiros cuestiona los medios artísticos yendo más allá de sus formatos convencionales, produciendo pinturas e instalaciones in situ que exploran las relaciones entre el espacio, el tiempo y la corporeidad del arte y del espectador.

 

La artista realiza con frecuencia intervenciones directas en los espacios expositivos, creando obras que surgen de las singularidades del espacio que la rodea, ya sean materiales, estructurales o en relación con la luz natural y artificial. Con ello, su práctica atribuye un sentido de organicidad al espacio, convirtiendo la arquitectura en su propio cuerpo, un cuerpo que es específico para la experiencia del arte.

 

A través de un proceso aparentemente arqueológico, Medeiros se compromete con la noción de las ruinas como indicación espacial del paso del tiempo, emprendiendo un proceso que revela lo que a menudo queda por debajo. La artista raspa las superficies (como las paredes del espacio expositivo), desvelando las capas de colores y materiales empleados, cubiertos y, por tanto, olvidados con el paso del tiempo. Medeiros busca revigorizar nuestra experiencia temporal exponiendo capas (cada una de las cuales lleva el recuerdo del momento en que fue creada), y permitiendo que coexistan y se entrecrucen. De este modo, la artista opera en un espacio liminal entre la construcción y la destrucción, poniendo de relieve cómo estas pueden complementarse, en lugar de confrontarse y luchar entre ellas.

[ 1047P-T ], Black Prototype, 2021
Acrylic on paper
42 x 30 cm

4. Alberto Gil Casedas (Zaragoza, España, 1991)

El trabajo de Alberto Gil Cásedas se centra en la contabilización / catalogación de acciones de lo cotidiano que evidencian la pérdida de tiempo. Tiempos sin uso, absurdos o en blanco, ligado a las practicas situacionistas en referencia a los no-lugares, tanto de forma física (medición a través de la fragmentación de las magnitudes corpóreas) como mental (deriva o psicogeografía); así como a la idea de leucofobia como símbolo de creación absurda o nula, en referencia a la nada, en relación al estado cero de la creación, como aquel posicionamiento que se adopta en el momento de enfrentarnos al espacio en blanco tanto en el campo pictórico como en el literario.

 

Sus producciones están determinadas por un aire minimalista ligado a una base conceptual en el que la relación entre estética e idea está estrechamente equilibrada.

 

Toda la recopilación numérica obtenida durante el proceso de producción termina convirtiéndose en el título de cada una de sus obras, siendo recurrente el tiempo (expresado en minutos o segundos) o las diferentes unidades de medida (área, peso, litros, etc.) como elemento evidenciador del proceso creativo.

5. Juan Pablo Villacura (Valdivia, Chile, 1986)

Juan Pablo Villacura separa la obra de su discurso narrativo, distanciándola con una lógica absurda, humorística y coloquial. Sus pinturas con títulos: “1 semana, gracias”, “Más”, “Los niños están en vacaciones, ¡puedo pintar!”, “Niños/Nadan = domingo”, “Decisión a las 19:47”, ¿“Eso o no?”, “Ahora!, pero no puedes”, ejemplifican la intención de abrir horizontes infinitos a la interpretación del espectador. Con acrílicos, lápices y spray paint, desarrolla una iconografía que despliega la tela como un lugar en el que acaba de acontecer un evento existencial. Una especie de negativo donde se han grabado las huellas metafísicas de una personalidad que asoma las impresiones de su universo microcósmico en múltiples capas.

 

El cuerpo pictórico de Villacura expresa una memoria humana, ajena a la mente y su biografía. Un contenedor de iconografías, más allá del signo y el significado: manchas, campos de color, esfumados, rayados callejeros y curvas; collages de formas irregulares donde sólo el círculo será una geometría acabada y presente como un espectro en la mayoría de sus pinturas.

Chicken Nuggets, 2022
Acrílico, Spray, Lápiz de óleo, Tinta sobre Lienzo.
210 x 150 cm

6. Theresa Möller (Hamburgo, Alemania, 1988)

En su pintura, la artista contemporánea Theresa Möller aborda el trágico enredo y la interdependencia indisoluble de la dinámica natural y la impronta cultural. Investiga la sensual variedad de colores y formas, pero también la profunda vulnerabilidad y la ruptura ambivalente de los paisajes naturales formados culturalmente.

 

Al hacerlo, no busca lo que es realmente real o lo que es supuestamente original, sino que se involucra en las situaciones poco claras del proceso de la pintura. Sigue la percepción subjetiva, y deja que la expresividad estética y la grandeza de los colores, las formas y las constelaciones, se manifiesten. Le interesan las transiciones ambiguas entre la formación cultural y el desarrollo orgánico, entre el surgimiento y la decadencia, y entre la representación y la abstracción.

7. Salvador Jimenez-Donaire (Sevilla, España, 1994)

El proceso creativo de Salvador Jiménez incide en el ritual. Examina la lentitud y la repetición como estrategias plásticas para prolongar la experiencia perceptiva dentro de un contexto sociocultural que comprime el tiempo (por aceleración) y automatiza la mirada (por saturación).

 

Empleando un proceso reductivo de mark-making, en su práctica explora las nociones de paciencia, continuidad y duración. Le interesa la potencialidad de la pausa y la espera contemplativa; una forma de resistencia frente a las políticas de rendimiento actuales (más velocidad, más producción) a favor de un modo de hacer que exige detenimiento y atención. Recrearse en las transiciones, en los intervalos, en esos espacios donde las cosas son aún inciertas, podría suponer hacer las paces con nuestro tiempo atomizado.

A nivel formal, el trabajo cristaliza por tensión entre iteración y mutabilidad; lo sistemático y lo manual; perseverancia y agotamiento; lo monótono y lo hipnótico; aburrimiento y estímulo. Una manera de operar tanto física como mentalmente extenuante, pero quizá también reparadora.

(Detalle)
Sin título 2019
Gesso, pigmento y grafito sobre papel Montval (300 g)
150x150cm

8. Jonathan Vivacqua (Erba, Italia, 1986)

La práctica artística de Vivacqua trabaja el espacio expositivo visto como extensión de la propia obra, un principio idiosincrásico donde el lugar se convierte en solidez y en materia, desbaratando cualquier familiaridad como contenedor expositivo. Un espacio potencial estructurado de tal manera que la investigación técnica transmite una falta de interés por las soluciones formales minimalistas y abstractas.

 

Un impulso creativo, basado en la utilización de elementos básicos y estructurales del edificio en sí mismo. Así, sus obras de arte, encierran la potencialidad estética y formal, sublimando el lugar donde se exponen.

 

En los últimos años su práctica ha cambiado, centrándose más en las técnicas utilizadas por la industria del diseño y la construcción. Mientras observa estos métodos de elaboración, empezando por la planificación y aplicado a los estudios técnicos, ha implementado el conocimiento básico de la potencialidad de los materiales de construcción en sí mismos, captados en su forma básica de entrada en el mercado. El material tiene unas propiedades estéticas y funcionales muy particulares, de hecho con su trabajo, trata de mantener todas ellas intactas en la medida de lo posible. Su objetivo es transportar todas estas visiones a otra dimensión, hecha de influencias que recrean otros posibles escenarios nuevos

 

Vivacqua cree en el material de construcción como un agente activo y variable, que se modifica respondiendo a las necesidades humanas, mejorando aparentemente la calidad de vida. Al crecer en un entorno de trabajo entorno a la construcción, ha identificado el gran cambio que se produce en el sector. Y es que para responder a las exigencias del mercado, nació un nuevo proceso de fabricación, un método de elaboración más rápido, acelerado y económico que desde luego ha influido en el resultado y durabilidad de las construcciones de nuestro tiempo. Esto también se refleja en su forma de trabajar el material, donde este ha sufrido también esta aceleración exagerada.

9. Gyula Sagí (Budapest, Hungría, 1987)

Gyula Sági crea sus obras en papel a gran escala con tinta, lápiz y bolígrafo, y combina técnicas gráficas y pictóricas tradicionales. Sus series unifican la abstracción geométrica con la pintura gestual a través de un estudio y experimentación de las formas de la naturaleza. Su trabajo se centra en las formas puras de las cosas, inspirándose en la tecnología, las imágenes digitales y los sistemas estructurales repetitivos creados por la naturaleza.

 

En sus primeras obras a principios de la década de 2010, Sági buscó sintetizar lenguajes visuales de abstracción geométrica y orgánica. En la serie titulada “Analog Noise and Parallel Line” (Ruido analógico y línea paralela) iniciada en 2016, el artista se interesa por plasmar y reflejar el tiempo y los patrones que producen los “fallos” en el proceso de repetición de los signos. A partir de ese mismo año, en la serie “Geometric Structures” (Estructuras Geométricas), las líneas recurrentes y las estructuras geométricas son interrumpidas por patrones abstractos de colores como interferencias, errores o fallos de un proceso mecánico.

op281220-2
ink on paper
80x150cm

10. Alba Botines (Barcelona, España)

Su práctica artística investiga la relación entre lo humano y lo no humano y el reposicionamiento de los humanos entre los no humanos. Como ella misma ha comentado “Esta pandemia nos recuerda que el espacio que habitamos está formado por sutiles vibraciones e interacciones de organismos”.

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